Musulmanes

Los musulmanes deben orar cinco veces al día: entre el alba y el amanecer (fajr), el mediodía (zuhr), a media tarde ('asr), en el ocaso (maghrib) y por la noche ('isha). Esta oración regular, denominada salah, constituye el segundo Pilar del Islam. Los fieles pueden orar solos o acompañados, pero cada viernes al mediodía los hombres deben reunirse para la salat al-juma'a, la "oración del viernes". Estos oradores son dirigidos por un imán ("uno de los que está al frente") que también da un sermón o khutba. Todo musulmán, antes de orar, debe prepararse alejando de su mente todas las distracciones y limpiando su cuerpo. El baño ritual debe hacerse con agua corriente. En el desierto y en otros lugares donde no hay agua, los fieles pueden usar arena o una piedra para la purificación ritual. Durante la oración, los musulmanes deben mirar hacia la Meca (qibla). Para orientarse, en la Edad Media se hicieron algunos instrumentos. En las mezquitas, un nicho en el muro (mihrab) indica esa dirección.

Dar limosnas a los pobres y necesitados es muy importante en el islam. De las diversas maneras en que se puede ayudar a los pobres, la más formal es el pago de un impuesto (zakat). El importe del zakat que una persona debe pagar se calcula a partir de un porcentaje de su patrimonio. Tal importe se distribuye entre los pobres y además se usa para ayudar a los más necesitados de la comunidad. El zakat se paga con dinero pero también puede pagarse en especie, en ambos casos el pago se inicia con el 2'5% del patrimonio. En algunas regiones se usan cazuelas (deghs) para guisar en la calle y alimentar a los pobres y algunos visitantes. Para los musulmanes, la higiene es muy importante y los baños públicos son habituales en todas la poblaciones del islam. Estos baños tienen una sala para cambiarse, conectada a una serie de habitaciones con diferentes temperaturas. El cuarto más caliente es el de vapor, donde el bañista suda antes de purificarse y recibir un masaje.
