Obertura
Es un número musical, de
cierta extensión, con el que comienzan las óperas (desde los inicios en el
siglo XVII hasta mitad del siglo XIX). Inicialmente tenía como finalidad hacer
callar al público pero con el paso del tiempo va cobrando mayor importancia y
sirve para introducir algunos de los temas musicales que luego se desarrollaran
en la ópera. Así Monteverdi ya compone una obertura (sinfonia en italiano) para la primera ópera (La favola d’Orfeo) si bien se trataba de una composición que no
guardaba ninguna relación con el resto de la ópera. Con la reforma de Gluck de
mediados del siglo XVIII, la obertura comienza a unirse ya a la primera aria
hasta que se integra definitivamente en las óperas del romanticismo.
La obertura desaparece con
el verismo. Las óperas compuestas durante este periodo buscan ir incrementando
la tensión a medida que transcurre la acción por lo que situar una obertura
justo al principio de la obra carecía de sentido dramático. Es por ello que
componen una pieza musical que transmita tensión y sentimiento cuando la gente
ya está involucrada en la ópera y conoce el argumento. Esta pieza es el intermezzo.